martes, 10 de julio de 2012

Sophrosyne: Aporía de un sentido


Sophrosyne: Aporía de un sentido

"La genuina sabiduría no es otra cosa que
el largo aprendizaje del desconocimiento"
Manuel Cruz, La tarea del pensar.


El presente texto pretende retomar el diálogo platónico Cármides y transversalizarlo con las preguntas ¿Es la sabiduría hacer lo que a uno le corresponde? y ¿Es la sabiduría una ciencia?

Antes que nada, conviene aclarar que  abordar el diálogo de Platón, Cármides, implica reconocer la riqueza semántica que encierra la traducción al español del  término sophrosyne, (sensatez, prudencia, mesura, sabiduría, templanza) dado que se rehúsa a ser encasillado en un solo término.  Además todo el diálogo está encaminado a buscar el sentido que encierra la sophrosyne; de esta manera, es necesario, al igual que Jaeger expone al empezar La Paideia, que el presente texto se sirva de un término griego, —Sophrosyne— y no de una traducción, para explicar un cosa griego “(…) quiero dar a entender que esta cosa se contempla, no con los ojos del hombre moderno, sino con los del hombre griego.”[1]

¿Es la sophrosyne hacer lo que a uno le corresponde?

Para empezar, es necesario recapitular los anteriores intentos para definir la sophrosyne, los cuales se dieron en primera instancia  por la opinión (δόξα)*, en segundo lugar por algo más introspectivo**. Luego empieza un tercer intento, —la pregunta planteada en el título—, que se enmarca en algo que escuchó Cármides “la sensatez es  algo así como  ´ocuparse de lo suyo´”[2] es ésta la definición que empieza la discusión, que al fin y al cabo es un discurso que no le pertenece a Cámides; lo cual lleva a pensar que pudo escoger las palabras de otro, para librarse  de cualquier compromiso con sus propias palabras, dado que el compromiso directo no es con él, sino con quien dijo estas palabras. Además también esto busca cambiar el lugar que tiene Sócrates de moderador en el diálogo, al intentar Cármides pasar de responder a preguntar “(...) Algo así como ‘ocuparse de lo suyo’. Mira, pues, si te parece que anduvo en lo cierto el que esto dijo”.[3]
Luego de indagar por los orígenes del personaje que pronunció que la sophrosyne  es “hacer lo que a uno le corresponde” Sócrates pregunta a Cármides, Si en una ciudad bien administrada, la ley debe determinar que cada persona tiene que tejer, lavar, fabricar sus zapatos y así mismo con todas las cosas de su diario vivir, sin meterse en los asuntos de los demás. Puesto que de este modo cada persona se ocuparía de las cosas que le son propias, distanciándose de las que le son ajenas (161e)[4]; a esta cuestión Cármides responde que no sería una ciudad bien administrada, dando pie a Sócrates para preguntar ¿Si es una polis bien administrada, aquella que se rija  por la sophrosyne? (162a) a lo cual, Cármides objeta que en efecto, lo sería.

De acuerdo a lo dicho se desprende las siguientes proposiciones lógicas:
a-      Si hay sophrosyne entonces está bien administrada una polis.
b-     Si no hay sophrosyne entonces no está bien administrada  una polis.

Que no esté bien administrada una polis, quiere decir que hay una mala administración de ella y dado esto, según expone Sócrates, una mala administración es aquella en la  que cada uno haga lo que le corresponde (162a). En consecuencia si hay Sophrosyne, es porque cada uno, no hace, lo que le corresponde, y si  no hay Sophrosyne es porque cada uno, hace, lo que le corresponde en la polis.

Así pues, Si la mala administración de una ciudad, se da porque cada uno haga lo que le corresponde y la buena administración se da por la Sophrosyne. Se desprende que lo uno no puede llevar a lo otro, porque son contradictorias, es decir, la Sophrosyne no puede llevar a que cada uno haga lo que le corresponda y ésta última no puede llevar a la sophrosyne, ergo la sophrosyne no es hacer lo que a uno le corresponde.

Después de esto Cármides se ve encerrado en una respuesta que no es suya. Es entonces cuando  empieza el texto a revelarnos que el dueño de dicha respuesta es Critias quien, más preocupado por su reputación, (Cármides nunca dijo ser un Sophrón***, fue Critias quien se lo atribuyó) que por la búsqueda del sentido de la sophrosyne, interviene ante Sócrates.

Es entonces cuando  Critias por medio de una distinción, oscura, entre hacer, ocuparse de, trabar y  obrar, busca  re-plantear lo antes dicho por Cármides, que en últimas era de él, ya no es la sophrosyne “ocuparse de lo suyo” sino “ocuparse con buenas obras”[5]. De este modo Sócrates pone aquí de manifiesto que la sophrosyne, en éste caso, no sólo se da con ocuparse con las buenas obras de uno. También con ocuparse de las cosas de los demás  “pero dime si, en tu opinión, un médico que cura a alguien hace algo provechoso para sí mismo y para aquel al que cure”.[6]

Pero rápidamente se demuestra que la gente a menudo no sabe cuales de sus acciones serán beneficiosas. De esta manera, parece posible que se pueda ser un sophrón sin saberlo. En consecuencia, Critias prefiere retirar lo dicho e introducir un nuevo intento de definición.

¿Es la sophrosyne una ciencia?

Retomando la inscripción del oráculo de Delfos “conócete a ti mismo”  Critias**** propone un cuarto intento por definir la sophrosyne, entendida como el conocimiento de uno mismo,  por tanto “si la sophrosyne consiste en conocer alguna cosa, evidentemente es una ciencia y la ciencia de alguna cosa”[7]a lo que Critias responde que es la ciencia de si mismo. 

Así pues, si la arquitectura es la ciencia de construir y nos permite el bien de las casas y la sophrosyne es la ciencia de si mismo ¿qué bien nos permite? Es aquí cuando Critias le responde a Sócrates que la pregunta da por hecho que todas las ciencias son iguales y la sophrosyne no  es una ciencia semejante a las otras.

A continuación, Sócrates  dice mostrar el objeto propio de todas las ciencias que en últimas siempre es distinto a ellas mismas, de este modo, el objeto de la estática es lo pesado y lo ligero que difieren de la estática misma ¿cuál será el objeto de la sophrosyne que difiera de la sophrosyne misma? Critias plantea que mientras las otras ciencias se ocupan de unos objetos en particulares que difieren de ellas mismas, la sophrosyne se ocupa de todas las otras ciencias y de ella misma a la vez “Las otras ciencias tienen un objeto distinto de ellas mismas, mientras que la sabiduría, verdadera excepción, tiene por objeto propio no solamente las otras ciencias todas, sino ella misma en si.”[8]

Dado esto, la ciencia de todos los conocimientos debe ser  también la ciencia de todas las ignorancias y la persona sophrón al conocerse así misma debe distinguir entre, saber que es lo que se sabe y lo que no se sabe  y también evidenciarlo en las demás personas. En este punto, Azcárate[9], plantea que se divide la discusión en dos preguntas ¿Es posible la ciencia de la ciencia y de la ignorancia? Y  si llega hacerlo ¿Es esto útil? “Es posible o no, saber que una persona sabe lo que sabe y no sabe lo que no sabe; en seguida, suponiendo esto posible, que utilidad puede resultar en saberlo”.[10]

En la primer cuestión ¿Es posible la ciencia de la ciencia y de la ignorancia?***** Sócrates retoma todo lo anteriormente dicho al decir que “hay un solo saber que no lo es de otra cosa sino de si mismo y de los demás saberes, y que, a la par, ese mismo saber es de la ignorancia”[11] para luego demostrar que al aplicar éste razonamiento a otros objetos se convierte en irracional, imaginemos “una audición que no oye sonido alguno, pero que se oye a sí misma y a las otras audiciones y a las no audiciones.”[12] (wtf?) La audición requiere relacionarse a un objeto que no sea la audición misma para poder ser audición. Aparentemente una ciencia que no alude a un objeto de conocimiento externo sino interno (auto-referencia), carece de sentido.

Luego de llegar a esta aporía del sentido de la sophrosyne, se podría dar por terminada la conversación, pero en aras de seguir con el diálogo, Sócrates da por descontado que es posible una ciencia de la ciencia, permitiendo así, que salga a colación la segunda pregunta ¿Es esto útil?

De este modo con miras a dar respuesta a la utilidad de la sophrosyne se plantea que la ciencia de una ciencia sabrá distinguir entre lo que es y no es ciencia, de esta manera Sócrates pasa a distinguir el saber que se sabe y saber lo que se sabe. El que conoce la ciencia de la ciencia no puede saber por medio de la ciencia misma, pues es por la medicina y no por la sophrosyne que se sabe lo que es sano, por la música y no por  la sophrosyne lo que es armonioso. Dado esto la sophrosyne no parece ayudarnos a saber qué es lo que sabemos, sino sólo a saber que sabemos (un conocimiento que solo conoce que conoce) “El que ignore estas ciencias particulares solamente sabrá que sabe pero sin saber qué”[13] por consiguiente el sophrón no puede argumentar nada en concreto, pues éste simplemente sabe que sabe.

Siguiendo en la búsqueda de la utilidad de la sophrosyne Sócrates incorpora un último matiz “Así, forzosamente si la sabiduría no es sino la ciencia de la ciencia y de la ignorancia, será incapaz de distinguir el medico que conoce su oficio del que lo ignora”[14]

En resumidas cuentas la utilidad aparente de la sophrosyne si no llega hacer una ciencia concreta puede posibilitar el aprendizaje de cualquier ciencia, si supera las cosas que sabe y las que no sabe y fuera capaz de indagar esto en otros “podríamos sacar un gran provecho con ser sensatos. Pasaríamos la vida sin equivocaciones nosotros mismos (…) y también todos aquellos que estuviesen bajo nuestro gobierno.”[15] En últimas Sócrates reconoce que ha formulado  mal  sus pesquisas, dado que la sophrosyne es un gran bien y, si la posees, eres feliz.

Sentido de un diálogo sin-sentido

Ante el diálogo, Cármides, el lector se preguntará, qué sentido tiene escribir sin llegar a ningún sentido. He aquí cuando se manifiesta, en los diálogos platónicos, que el saber deriva de una búsqueda constante y no de algo dado de una vez y para siempre. 

Quizás esto sea más claro en el Menón “cuando Sócrates dice refiriéndose al esclavo: No se alcanza el saber enseñando a alguien, sino preguntándole, y como sacándole la ciencia de si mismo.”[16] Además, si reconocemos esta ciencia del si mismo, como el saber que no se sabe del Carmides (ser consciente de nuestra propia ignorancia) se desvela que en últimas, todo esto nos lleva a la búsqueda de saberes que nos acercan a las virtudes cardinales[17].

Es aquí donde Jaeger nos pone de manifiesto como:

Sócrates demuestra que con la verdadera sofrosyne aparecen necesariamente todos los tipos de virtud, tales como la piedad, la valentía y la justicia. Empalma, pues, a este pasaje el problema de los diálogos menores y del Protágoras, el problema de la unidad de las virtudes. Lo que los griegos llaman eudemonía, prosperidad feliz, depende por entero de esta excelencia del hombre.[18]

Además la encrucijada de argumentos que encontramos en el Cármides es pensada de principio a fin, al igual  que como nos muestra Lledó en el Menón:

Cuando en algún momento las preguntas de Sócrates hayan llevado al esclavo a la aporía, se habrá alcanzado  el sentido verdadero de este preguntar. La condición provocada es indispensable para que desde ella se progrese positivamente hacia el saber[19].

Por otro lado,  es pertinente un digresión,  para ilustrar como pareciere que el tiempo le jugara una mala pasada a Sócrates, en cuanto su argumentación de ser lo rápido lo más sophrón, pues es bien sabido, los tiempos raudos que nos habitan; Hemos pasado miles de años intentando superar la velocidad del caballo y de pronto, en menos de 100 años, la hemos superado y alcanzado luna. Además desde la revolución industrial con la proliferación de una producción en masa, el capital, nos ha mostrado, que el dinero es tiempo y el tiempo es dinero, también con el desarrollo de la informática la humanidad ha comenzado hablar de autopistas de la información. —una sociedad de la información que no informa sino que des-informa—Todo esto con-lleva, a pensar, que la sophrosyne en nuestros tiempos es un sosiego ante el mundo una resistencia al desbordante moviente, en última una válvula  de escape ante el sistema dominante.
Dado lo dicho cabe el preguntarse, cuántos de nosotros necesitamos ese ensalmo, que promete Sócrates a Cármides, para tratar el alma, dotado de buenos discursos y razonamientos de donde emana la Sophrosyne.


[1] JAEGE, W. Paideia: los ideales de la cultura griega, Pág. 2.
[2] LLEDÓ, E. Platón: Diálogos Vol 1,Madrid, Gredos, Pág. 341
[3] Cf. ibid., 161e-162a, p. 341.
[4] Cf. ibid., 161e-162a, p. 341.
[5] Cf. ibid., 163e, p. 346
[6] Cf. ibid., 164b, p. 347
[7] AZCÁRATE, P. Obras completas de Platón tomo I, México DF, Continental, Pág. 221
[8] BAUTISTA. J. Diálogos de Platón, Madrid, Ibericas, Pág. 144
[9] Cf. ibid., p. 224 (Nota al pie.)
[10] Cf. ibid., p. 224
[11] Cf. ibid., p. 253
[12] Cf. ibid., p. 253
[13] Cf. ibid., p. 150
[14] Cf. ibid., p. 151 (Entiéndase sabiduría como sophrosyne.)
[15] Cf. ibid., p. 361
[16] LLEDÓ, E. La memoria de logos, Madrid, Taurus, Pág. 153
[17] Las virtudes cardinales (Valentía, prudencia, templanza y justicia) son las que dan forma al hombre ideal de la polis.
[18] Cf. ibid., p. 534
[19] Cf. ibid., p. 354
* Indagando si hay o no sophrosyne en Cármides, Sócrates le pregunta cuál es la opinión que tiene él de ella.(159a)
** Sócrates interrogando a Cármides de quien se dice, posee la sophrosyne, le aconseja que se mire dentro de él para identificar las cualidades que le hace tener tal virtud. (160d)
***El Sophrón es la cualida de poseer sophrosyne; de igual modo  que  la persona que posee sensatez es un sensato, la persona que posee sophrosyne es un sophrón.
**** Pareciere que al tomar Critias la inscripción del oráculo, incurriera de igual modo que Cármides, al tomar las palabras de otros para introducir una nueva definición de sophrosyne.
***** En palabras de Lledó "El saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo que no se sabe"
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Universidad Tecnológica de Pereira
Licenciatura en Filosofía
Platón Ética y Política  
Exposición: Cármides segunda parte
Profesor: Juan Manuel López
Presentado por: Carlos Eduardo Bueno Vergara

 

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